En el artículo "Leyendas y Tradiciones Iqueñas", que trata sobre dicho libro del escritor iqueño Juan Donaire”, abordé varias historias, siendo una de ellas la del cerro Prieto.
Como ustedes saben, dicho cerro
tiene un aura muy negativa, relacionada con la creencia de que allí se
congregaban brujas en fatídicas y macabras reuniones nocturnas.
La creencia de que se daban
aquelarres en dicho cerro fue la comidilla de la sociedad iqueña por varios
años, por no decir siglos.
Es una tradición que ha quedado
remarcada en todas las generaciones.
Sin más preámbulos, presento:
Aquelarres: reunión de las
brujas en el Cerro Prieto.
Una de las historias de terror
más famosas y aterradoras era que en el Cerro Prieto se hacían aquelarres
de brujos y brujas al amparo de la noche.
Actualmente dicha leyenda se
está perdiendo y debo reconocer que yo conocí dicha leyenda al leer el libro "Leyendas y Tradiciones Iqueñas" en el 2004.
Todo lo que conozco de dicha
leyenda es básicamente es en base a dicho libro, por lo que es mi fuente
primaria para tocar esta leyenda.
Según Juan Donaire Vizarreta, las
brujas venían de Cachiche y de otras localidades cercanas. Celebraban
dichas reuniones bajo presidencia de Satanás. Ejecutaban danzas macabras,
renegaban de todo lo santo y hacían daño a determinadas personas mediante
conjuros mágicos. Entiéndase la frase hacer daño por hacer alguna brujería
relacionada a la magia negra para ocasionar accidentes o incluso la muerte.
Entre ellos también peleaban
por lo que cuando la situación se acaloraba, Satanás los callaba lanzando fuego
por la boca.
Cuando el daño no producía el
efecto deseado por los brujos, ellos lo arrojaban a la sucursal del infierno,
situada en las laderas del Cerro Chico. Se aprecian desde lejos dos lenguas de
fuego, incrustadas en las piedras.
En los días de las referidas
reuniones fatídicas se oían gritos, lamentaciones, ruidos extraños y retumbar
de tambores y redoblantes. Dichos ruidos se escuchaban hasta que en el siglo
XIX se pusieron las tres cruces que se contemplan hoy en día.
Dicho Cerro Prieto es también
celebre puesto que allí una famosa bruja se bautizó como tal. La bruja Heralda
fue bautizada en el mismo cerro Prieto y allí se reuniría en cuantiosas
reuniones nocturnas donde conjuraba sus males, bailaba diabólicamente y se
echaba a volar sobre una escoba transformada en una anciana de aspecto
horrible.
Se puede apreciar aún la vivienda
de piedra que ocupó Heralda en el cerro. Allí se reunía con su comitiva de
brujos.
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